Pasas frecuentemente junto a una casa abandonada que te llama poderosamente la atención. Una casa cualquiera en un paraje solitario. Podría ser esta, podría ser cualquier otra. Pequeña, antigua, perfecto refugio de juegos.
Un día, acosado por la intriga, decides entrar a ojear caminando siempre despacio procurando que las pisadas no sean notorias para el oído de alguien. En un primer vistazo, encuentras viejos aparatos eléctricos y un bonito tren de juguete; sueño de niño.
Sigues sapeando husmeando y recoges de una mesa una agenda. La primera entrada, de enero del 2008, reza: “Encontrada una agenda”.
Le siguen otras notas: temperaturas diarias, numero de latas encontradas en la basura, comidas realizadas… Las ultimas anotaciones, correspondientes a mayo del 2008, parecen preocupantes: “Fiebre. Gripe”, “No puedo comer”. Empiezas a recordar la fecha actual y tu calendario mental marca diciembre del 2008.
A continuación, te adentras al living room y… ¡Fuck, hay alguien sentado en un sillón!
(No apto para
: Desenlace
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